Venís a terapia con la autoestima perdida, me comentáis que os habéis aislado de vuestros amigos/familia y habéis dejado de ser sociables, en vuestras mentes solo tenéis pensamientos negativos y pesimistas, incapacidad para disfrutar de las cosas.
Algunos sentís impotencia por no haberos dado cuenta a tiempo de la situación que se estaba organizando hacia vosotros de una manera sutil pero agresiva y por ello os sentís culpables y en ocasiones fracasados…
Dependiendo de la fase del proceso de acoso laboral en la que se encuentre la víctima, es más o menos consciente de lo que le está sucediendo, “algo ha cambiado en el entorno laboral hacía mí y en mí”. La víctima interioriza la culpa y la vergüenza en
todo lo que le está pasando y en su mente rumian estas cuestiones:
- “¿Por qué me pasa esto a mí?”
- “¿Qué he hecho para merecer esto?”
- “¿Será que estoy haciendo algo mal?”
- “No quiero que nadie se entere”
- “Espero que se le pase el enfado”
- “Haré el trabajo impecable”
- “¿Cómo no me di cuenta antes de que eso era acoso?”
- “¿Cómo no supe parar la situación a tiempo?”
- “¿Qué he hecho para qué se me trate así?”
Es muy beneficioso para la víctima que en terapia reconstruya los hechos, realice un viaje al interior de sí misma. Descubra por sí misma la relación que hay entre el pánico
que experimenta y su rechazo frente a imágenes dolorosas de lo que le ha pasado o le está pasando.
Fundamental que analice la película de terror en la que le han metido y donde no quería participar, revivirlo como espectador y no como protagonista. La
víctima tiene que poder expresar cómo fue y qué sintió, identificar cuál fue el desencadenante, el origen, el inicio de que la situación cambiara hacia ella. Entender que es inocente porque ¿Quién agrede a quién? ¿Quién humilla y denigra?
La persona víctima de acoso laboral es la responsable de salir de la situación, pero NO CULPABLE de las situaciones que está viviendo. Fundamental resolver todas las
preguntas que la víctima se hace y las entienda “¿Por qué yo?, ¿Por qué me ha hecho tanto daño?, ¿Por qué me bloqueé y paralicé?, ¿Por qué no puedo parar de llorar?...
La víctima que sufre una situación de acoso laboral tiene que entender por qué ha sido elegida como víctima. Desactivar emocionalmente las emociones que ha interiorizado y le están produciendo tanto malestar: culpa, miedo, vergüenza, rabia, ira, irritabilidad, inseguridad, angustia, ansiedad, odio, enfado, tristeza entre muchas… para ello entender por qué las ha sentido, en qué momento y situación y cómo las ha gestionado, viendo como no ha sido dueña de sus emociones sino el agresor el que se adueña de ellas y por ello le desestabiliza, asumir que no se dispone de la posibilidad de transformar el comportamiento del perverso acosador, entender que uno no tiene capacidad para evitar o eliminar los comportamientos de acoso (aunque sí para hacerles frente), ni tampoco para convertir o cambiar al acosador (pero sí para protegerse de él).
Es beneficioso que se visualice en las situaciones vividas con el/los agresores qué hizo, qué no hizo, cómo lo hizo y así ver su manera de actuación, de comunicación todo ello para realizar un entrenamiento en asertividad, autodefensa verbal, que los estallidos desmesurados de ira o rabia que siente la víctima no le hagan perder la
credibilidad ante la opinión pública y pueda romper el juego del agresor “ya no me desestabilizas porque entiendo que yo no soy culpable y sé que tu objetivo es destruirme, anularme para que me marche”.
A medida que la víctima dé respuestas cogerá confianza en sí misma y empezará a recuperar su estima “no soy un mal profesional, tú eres quien quieres hacer ver que no
valgo y que soy un error para la empresa, difundiendo mentiras y calumnias sobre mí”.
Recuperando su salud psicológica perdida, su identidad, su empleabilidad, la víctima dejará de ser víctima y podrá recuperar las riendas de su vida, siempre todo ello acompañado de ejercicio físico, técnicas de relajación y respiración, buena alimentación, no aislamiento social, apoyo familiar.
Comprender que el objetivo final no es lograr una aplastante y definitiva victoria sobre el agresor, sino obtener el mejor entre los distintos grados de supervivencia
personal, y para ello actuar lo más inteligentemente posible.
PARA LA VÍCTIMA QUE SUFRIÓ O SUFRE UNA SITUACIÓN DE ACOSO LABORAL: “NO ESTÉS SOLA, TE ACOMPAÑAMOS EN TU VIAJE”
Belén Retuerta Cáceres
Psicóloga Colegiada
Fundación Contra el Acoso

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